Filosofía canína

Filosofía canina como un posible camino para tener una vida plena. Los perros viven, muchas veces, más felices que la mayoría de los humanos; sobre todo, si viven en una familia que les permite realizarse como perros.
Nunca dejes pasar la oportunidad de salir a pasear; sobre todo, si lo haces con tus amigos y familiares caninos.
Cuando estés paseando, experimenta la sensación del aire fresco y del viento en tu cara; sólo por el placer de hacerlo, verás que tu ánimo empieza a mejorar al hacerlo.
Cuando alguien, a quien amas se aproxima, corre a saludarlo y muestra una gran alegría por su llegada, esto hará que tus relaciones caninas mejoren con tus congéneres.
Cuando haga falta, practica la obediencia, aunque conviene hacerte el remolón de vez en cuando. Deja que los demás sepan cuándo están invadiendo tu territorio, y claro, que quede muy claro tu punto de vista al respecto y entre más pronto mejor.
Siempre que puedas, toma una siesta y estírate antes de levantarte, esa ociosidad no es la madre de una vida llena de flojera.
Corre, salta y juega diariamente, verás que es excelente para tu salud física y emocional. Sé siempre leal, esa característica será esencial para ganarte la confianza de los demás; sin duda, ésta es una de las características que más se aprecia en las organizaciones, lícitas o ilícitas. Come con gusto, y sobre todo, con entusiasmo; pero detente cuando ya estés satisfecho, que no te moleste dejar algo en el plato y si es una comida balanceada mejor, y claro, de vez en cuando cómete un buen pedazo de aquello que más te guste.
Nunca pretendas ser alguien que no eres, porque pronto será evidente para los demás; recuerda que más pronto que tarde a cada quien le dan lo que se merece. Si lo que deseas está enterrado, cava hasta encontrarlo. Recuerda que la perseverancia y la terquedad son hábitos importantes en el logro de objetivos y metas importantes. Nunca quites el dedo del renglón de aquello que sea importante.
Cuando alguien tenga un mal día, guarda silencio, no le preguntes qué ha pasado, tampoco por qué trae esa cara, sólo siéntate cerca de él y trata de agradarlo. Sin duda, ese alguien te lo va a agradecer mucho.
Evita morder, cuando la cuestión pueda solucionarse con un simple gruñido. Efectivamente, nunca debe uno sobre - reaccionar ante una situación problemática que requiere una solución sencilla. En los días cálidos, acuéstate sobre tu espalda en el césped. Y al mirar hacia el cielo, dale gracias a Dios por todo lo que eres, y por todo lo que has recibido. En los días calurosos, bebe mucha agua y descansa bajo un árbol frondoso, o en tu rincón preferido. Y si te llevas un buen libro, cuanto mejor.
Cuando te sientas feliz, baila y balancea tu cuerpo. Y si lo haces con tu pareja o con quien tú más quieres, cuánto mejor.
No importa cuántas veces seas censurado, no asumas culpas que no te pertenecen, no guardes ningún rencor y no te entristezcas; mejor que eso, corre inmediatamente hacia tus amigos y demuéstrales tu cariño y aprecio.
Alégrate con el simple placer de una caminata. Las pequeñas cosas de la vida no sólo son gratis, sino que además son un excelente complemento de una vida plena. Mantente siempre alerta, pero dando una imagen de tranquilidad y, sobre todo, da cariño con una gran alegría y deja que te acaricien los que te quieren bien. Hasta aquí las recomendaciones de esta nueva filosofía canina. Al leerlas queda muy claro que el amor canino es espontáneo, no se guarda para ocasiones especiales, ni se disfraza. Así que, estimado lector, siga ese camino, si ama a alguien dígaselo, que no le dé pena, demuéstreselo.